Un seguro médico privado es un contrato que se realiza entre aseguradora y asegurado, con el fin de proteger a este ofreciéndole beneficios sanitarios como pruebas especializadas, tratamientos concretos y medicamentos.
Es por esto que a la hora de conocer qué cubre un seguro médico, debes saber que existen unos parámetros comunes para la mayor parte de pólizas del mercado, encontrándose la diferencia principal en los servicios adicionales que ofrecen.
A la hora de elegir cuál es el mejor seguro médico para tu día a día, es necesario tener en cuenta que estos pueden variar desde unas coberturas muy generales (centrándose en una asistencia primaria), hasta las atenciones más técnicas y especializadas sobre problemas concretos.
Principales aspectos que cubre un seguro médico
Vas a descubrir qué cubre un seguro médico. A continuación, enumeraremos los servicios más básicos, tanto generales como especiales, sin contar con coberturas concretas que puedan ofrecer las compañías de seguros.
A pesar de la gran variedad de prestaciones que estas pongan a tu disposición, solo tendrás que contratar aquella que se ajuste tus necesidades. Es decir, de nada servirá adquirir una póliza familiar que cubre un seguro médico amplio, si vives solo.
- Asistencia primaria: Médico de cabecera, pediatría, o enfermería.
- Acceso a especialidades médicas: Posibilidad de acceder a cardiología, dermatología, traumatología, ginecología y muchos más.
- Realización de pruebas diagnósticas: Cualquier tipo de análisis clínico, ecografías, radiografías, resonancias, urología o análisis de orina, entre otros.
- Métodos terapéuticos: Tratamientos de rehabilitación muscular, oncológica o respiratoria, entre ellos.
- Intervenciones quirúrgicas (con o sin ingreso hospitalario).
- Hospitalización y urgencias
- Servicio telefónico de urgencias y de asesoría médica
- Posibilidad de gestiones online
Qué no cubre un seguro de salud: excepciones y límites
Los factores que cubre un seguro de salud durante una vida son múltiples, pero existen ciertas excepciones a la regla. En este sentido, los clientes de una aseguradora no pueden pasar por alto aquellas situaciones en las que no tendrán la protección de la sanidad privada.
- Enfermedades preexistentes o consecuencias de accidentes previos.
- Cualquier situación clínica que surja como consecuencia de conflictos bélicos, actos terroristas o accidentes laborales.
- Interrupción voluntaria del embarazo.
- Trasplantes (excepto de médula ósea o córnea).
- Intervenciones estéticas.
- Cuando el asegurado cometa dolo o culpa grave, la compañía podrá rescindir el contrato mediante comunicación al tomador.